19/11/10

Un vistazo a los cepillos dentales

El diseño de cepillos y artículos dentales han recorrido un largo camino. Las formas antiguas de cepillos dentales han existido por más de 5000 años. Algunas civilizaciones arcaicas se quitaban los alimentos con un “palillo masticable,” una ramita delgada con un extremo desgastado que era friccionado contra los dientes. Durante el último siglo más o menos, los cepillos dentales se elaboraron con mangos de hueso, madera o marfil que sostenían las rígidas cerdas de cerdos, jabalíes u otros animales. El cepillo dental con cerdas de fibra sintética, tal como lo conocemos hoy día, se inventó en 1938.

Hay dos tipos de cepillos dentales: manuales y mecánicos. El tamaño y forma del cepillo debe ajustarse a su boca confortablemente, permitiéndole llegar a todas las áreas con facilidad. Su dentista puede sugerirle qué tipo es más adecuado para sus necesidades. Sin importar qué tipo de cepillo dental escoja, la Asociación Dental Americana recomienda que se cepille dos veces al día con una crema dental con fluoruro para limpiar a fondo sus dientes y para proveer protección de fluoruro contra la caries.

Ambos, los cepillos manuales y mecánicos, pueden limpiar los dientes de forma efectiva y meticulosa. A las personas que tienen dificultad para utilizar un cepillo manual les puede parecer que los cepillos mecánicos son más fáciles y cómodos de usar. A los niños puede parecerles divertido cepillarse con un cepillo mecánico. Ya sea que se decida por un cepillo manual o mecánico, escoja un cepillo dental que le guste y que sea fácil para usted, el cual utilizará dos veces al día para limpiar todas las superficies de sus dientes cuidadosamente.

Después de cepillarse, enjuague su cepillo con agua del grifo para eliminar cualquier residuo de crema dental, así como de comida. Guarde el cepillo en posición vertical y,si es posible déjelo secar al aire antes de usarlo nuevamente. Si guarda más de un cepillo en el mismo porta cepillos o área, manténgalos separados.

No cubra los cepillos, ni los guarde en recipientes cerrados de forma rutinaria. Un ambiente húmedo, tal como un recipiente cerrado, conduce más al crecimiento de microorganismos que el aire libre.

Reemplace sus cepillos, al menos cada tres a cuatro meses. Las cerdas llegan a deshilacharse y desgastarse con el uso, lo que reduce la efectividad de limpieza. Los cepillos se desgastan más fácilmente dependiendo de factores únicos de cada persona. Revise regularmente los cepillos por cerdas desgastadas y reemplácelos con más frecuencia si es necesario. Los cepillos de los niños necesitan reemplazarse con más frecuencia que los cepillos para adultos. (Odontoplanet)

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